6.01.2009

De nuevo la indigencia se apodera de Buga, ¿Qué está pasando?

Desde hace ya varios años no se notaba en Buga tanta presencia de indigentes, orates y mendigos en las calles; pero últimamente está sucediendo lo de las cosechas que no se esperaban, ellos están brotando como de la nada, y se estacionan en todas partes, duermen en los ante jardines de las casas, en los andenes, los atrios de las iglesias, parques, zonas verdes y todo aquel espacio que les brinde comodidad y abrigo en sus momentos de descanso y en especial durante las noches.
La situación es lamentable para una ciudad que diariamente recibe turistas, peregrinos y visitantes de todas partes del mundo, y esto deja mala impresión, no quiere decir ello, que por existir la pobreza económica, Buga sea una ciudad reprochada por quienes nos honran con su presencia, pero se hace necesario que las autoridades, llámese Secretaría de Gobierno, Personería y la Policía, ejecuten planes de acción que eviten la proliferación de estas personas en inmediaciones a los centros comerciales, restaurantes donde las personas dejan de comer ante el asedio de los indigentes, que se ubican de tal manera que no dan lado para que quienes llegan a los comedores le puedan obviar.
La situación es de analizar y de manera urgente, especialmente para la policía y los cuerpos de seguridad del Estado, porque si bien es cierto, algunos practican la mendicidad por necesidad, otros pueden estar camuflados para cometer ilícitos, y no es una película en la que nos montemos, como dirían algunos. Casos se han visto, donde le hacen seguimiento a prestantes personalidades y los autores son personas camufladas como indigentes, sería conveniente que se tomen medidas de seguridad e inteligencia de inmediato y no se tenga qué lamentar después, quizá por omisión.
Otro punto más que se le agrega a la problemática social que se levanta en esta ciudad, es la de los indígenas que provenientes de sus resguardos u otras ciudades se instalan en el centro, sector bancario y al lado de los semáforos con maletas, utensilios de cocina y sus hijos a pedir limosna. Hasta donde tenemos entendido, existe un mecanismo de protección especial para esta población, y de ello debe tener mucho conocimiento el Personero de Buga, doctor Jesús Antonio Azcarate, aunque la Constitución política de Colombia indica que todo nacionalizado puede transitar sin inconveniente alguno por el territorio, también es deber de las autoridades brindar amparo a estas población y regresarlas a sus resguardos indígenas, pero no, aquí ni eso se hace, y esta población de nativos deambula tranquilamente por nuestras calles en la práctica de la mendicidad, sin que las autoridades se inmuten en averiguar su procedencia, el por qué salieron de sus resguardos, qué está pasando allá, estas acciones forjan pensar que hace falta más control en los temas sociales y en especial, a estos que alteran el desarrollo de las políticas que contempla el programa de gobierno de la administración municipal; porque como quiera que sea, se hace necesario asignar recursos para atender la población indigente, mendigos, orates y desplazados que lleguen a Buga. Entonces nos preguntamos… ¿hasta cuándo tendremos que resolver los bugueños los problemas sociales de otros municipios y ciudades?.