11.29.2010

Principio de legalidad e igualdad en Colombia

El principio de igualdad quedó subsumido dentro del principio de legalidad, por consiguiente, se consideraba como iguales a aquellos a quienes la ley considera como tales y diferentes a aquellos otros a quienes ella misma diferenciara.
En ese sentido se consideraba que la ley era igual para todos, porque esta reunía las características de universalidad y generalidad.
En razón de la primera se determinaba normativamente el conjunto de ideas o conceptos esenciales referidos a una específica forma de relación jurídica, lo que le daba a dichos tipos de ligazón una naturaleza o carácter común.
Es evidente que dentro de dicho marco histórico ideológico, la vigencia y aplicabilidad del principio de igualdad quedaba supeditada a la voluntad del legislador. Este tenía como principal punto de orientación para consagrar dicha equiparidad personal, la imposibilidad de establecer diferencias que no resultaren del libre juego de las fuerzas sociales. En ese sentido, se postuló la neutralidad e imparcialismo del cuerpo político frente a sus súbditos o ciudadanos.
Se establece que la sociedad civil como hecho oriundo y ajeno al estado, no encontraba obstáculo para considerar naturales y consecuentemente judicializables las diferencias que la propia sociedad estableciere. Tal como puede desprenderse de sus prístinos enunciados ideológicos, la clásica enunciación de la igualdad ante ley constituye una igualdad formal; la cual devenía en insuficiente a la luz de las reflexiones que nos brinda la historia de la coexistencia social.
El cambio de orientación del sentido de la igualdad, se generará con la aparición de las corrientes políticas revolucionarias post - liberales (social demócratas, anarquistas, marxistas, etc.) y por la propia doctrina social de la Iglesia. A raíz de ello se comenzará al reivindicar la necesidad de que la igualdad no sea concebida exclusivamente en términos formales, sino que adquiera complementariamente un sentido material. Esto es, que la igualdad en el goce pleno de los derechos fundamentales y la búsqueda de la plena realización personal se convierte en un logro o meta histórica a alcanzar mediante la actuación directa o indirecta del Estado.
A partir de allí se comienza a reivindicar la necesidad que la igualdad no sea concebida como un principio exclusivamente formal, sino que la equiparidad de oportunidades se volviera en un objetivo o meta a alcanzar mediante la actuación del Estado.
Por ende, para que todos los seres humanos podamos tener acceso a las mismas oportunidades de realización personal y coexistencial; y para que los beneficios de la ley no denieguen en una quimera, es preciso que se atenúen los desequilibrios que infraccionan el orden natural.
A la denominada igualdad ante la ley, hay que confrontarla en la praxis con la denominada igualdad real; lo que se traduce en la verificación efectiva de todo aquello que la primera enuncia. Se trata de comprobar de que modo ello se cumple en función de una serie de condicionamientos de carácter económico, social cultural, etc.
La igualdad es un principio que intenta colocar a las personas situadas en idéntica condición, en un planao de equivalencia. Ello implica una conformidad o identidad por coincidencia de naturaleza, circunstancias, calidad, cantidad o forma. Ello de modo tal que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a una persona de los derechos que se conceden a otra, en paridad sincrónica o concurrencia de razones.
De ahí que el principio de igualdad debe conllevar a lo siguiente:
Abstención de toda acción legislativa o jurisdiccional tendiente a la diferenciación arbitraria, injustificada y no razonable. Existencia de un derecho subjetivo destinado a obtener un trato igual, en función de hechos, situaciones y relaciones homologas.
El derecho a la igualdad funciona en la medida en que se encuentra conectado con los restantes derechos, facultades y atribuciones constitucionales y legales.

11.22.2010

El fenómeno climático con eventos devastadores

Desde tiempos muy antiguos los pescadores del norte del Perú observaron la existencia de una corriente marina cálida en dirección hacia el sur, que típicamente aparece cerca de la Navidad. De ahí el nombre El Niño (el Niño Jesús) para denominarla. También observaron que cada cierto tiempo esta corriente era más intensa, más cálida y se presentaba acompañada por graves alteraciones climáticas que se traducían en la ocurrencia de intensas precipitaciones en una región de características áridas. A los graves trastornos provocados por las inundaciones se suman profundos cambios en el ecosistema marino. Las aguas anormalmente cálidas son pobres en nutrientes y los peces deben migran buscando aguas más frías. Una gran cantidad de ellos mueren, produciendo un colapso de la actividad pesquera. Se produce además una fuerte mortandad de los pájaros (aves guaneras) que se alimentan de los peces y los que sobreviven se desplazan hacia el sur en busca de alimento. Por mucho tiempo el término El Niño fue conocido en relación a estas condiciones extremas de la corriente El Niño en el norte de Perú. Sin embargo, desde mediados de los años 1.960, y como resultado de un mejor conocimiento del comportamiento del océano y la atmósfera en el Pacífico ecuatorial, se pudo verificar que estas alteraciones oceánicas y atmosféricas a lo largo de la costa son parte de un fenómeno de una escala global, que ocurre durante la fase negativa de la Oscilación del Sur, y que fue denominado como fenómeno El Niño. El fenómeno de "La Niña" llegó a Colombia. Aproximadamente un mes, las lluvias aumentan en un 40 por ciento y se incrementaron los niveles de los ríos. En Bogotá, la temperatura bajará entre uno y dos grados centígrados. El director del IDEAM, Carlos Costa, sostuvo que el llamado de alerta lo hicieron con un mes de anticipación para que las autoridades adoptaran medidas preventivas porque el segundo periodo de invierno seria "bastante húmedo". El aumento en la intensidad de las lluvias afecta varios municipios de las zonas Andina y Caribe. Se esperaban que a mediados de octubre y noviembre, se presentaran inundaciones por el aumento en el nivel de los ríos Magdalena, Cauca y Sinú. El director del IDEAM sin embargo precisó que en la Orinoquía y la Amazonía lloverá menos.
La Niña es producto del enfriamiento de la superficie del océano Pacífico, que en los últimos meses redujo su temperatura en medio centígrado. Ese enfriamiento altera las corrientes de aire, provocando el aumento de las lluvias. El fenómeno de la Niña se sintió por última vez en Colombia hace 7 años. "Entre los años 1.998, 1.999 y 2.000, el fenómeno de la Niña fue mucho más intenso. Este año será moderado porque su conformación fue tardía", explicó el vocero del IDEAM. De acuerdo con los especialistas, este fenómeno se configuró entre los meses de agosto y septiembre. Lo normal era que se hubiera "cuajado" entre mayo y junio. El fenómeno, ocasionado por un enfriamiento cercano a los menos 0,5 grados centígrados en las aguas del Océano Pacífico, provocaría un aumento considerable del ciclo de lluvias en la región central y norte de Colombia, dijo el ministro del Medio Ambiente, Carlos Costa, "La probabilidad de que haya un fenómeno de La Niña se ha aumentando. El último informe que había emitido el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) había dicho que había una probabilidad de 30 por ciento de ocurrencia del fenómeno de La Niña y hoy en día la probabilidad se ha aumentado a un 60 por ciento", dijo Costa. Como el fenómeno se produjo, se podría sentir con fuerza noviembre y diciembre de este año y entre abril y mayo del 2011. El principal impacto se registra en el sector vial y de transportes, la agricultura, la ganadería y sobre un incremento de inundaciones, derrumbes y avalanchas por crecientes súbitas de los ríos.
Colombia registró en el 2.009 una drástica caída en su producción de café como consecuencia de las fuertes lluvias que se registraron en las principales zonas productoras desde finales del 2.008.

11.16.2010

El turismo sostenible debe incluir otros aspectos de la economía y la sociedad

En el turismo, tema que hoy nos ocupa, la priorización del aspecto económico puede generar graves afectaciones ambientales, culturales o sociales. Recordemos que en la actualidad no vivimos una economía orientada al producto, sino una economía orientada al cliente. Ya no se trata de hacer el mejor producto, sino aquel que el cliente quiere y puede comprar. Eso es muy racional desde el punto de vista del mercado, pero puede no ser pertinente desde el punto de vista social, cultural o ambiental. Veamos por ejemplo el caso del turismo masivo, que es un negocio muy evidente, tiene una franja de mercado más amplia y permite procesos de estandarización y manejo de suministros por volúmenes, pero es el más depredador ambientalmente. No solo la violencia genera desplazamientos, las oportunidades de negocios en torno al turismo también desplaza población, el turismo trae nuevas distribuciones de la tierra, esos son componentes que implican efectos sociales perversos.
En la actualidad estamos enfrascados en un proceso de impulso al desarrollo turístico del Valle del Cauca, y estamos convencidos de que este puede producir efectos benéficos, pero también sabemos que es un proceso lleno de riesgos. El Valle tiene una gran riqueza cultural, llena de diversidad; pero esa diversidad que es su gran fortaleza es, al mismo tiempo su gran problema, porque no posibilita un esquema fácil para apropiarla, representarla y difundirla. No facilita un esquema cómodo para reconocerla. La cultura vallecaucana está constituida por la coexistencia de afrocolombianos, indígenas, montañeros, vallunos y un profundo mestizaje entre todos ellos (más algunos venidos del extranjero). Generar identidad en semejante contexto no es posible: se hace necesario generar identidades (varias, múltiples), promiscuas entre sí, respetuosas del otro (ese otro que también es un poco yo) y de lo diferente (respetar la diferencia es otra frase políticamente correcta que se des-semantiza a velocidades aceleradas). Sin ese complejo proceso de afianzamiento de la identidad cultural, el turismo se constituye en un gran riesgo.
Resumiendo entonces este recorrido por los componentes de la sostenibilidad, podemos decir que una práctica turística es sostenible cuando logra un complejo equilibrio entre lo social, lo cultura, lo ambiental y lo económico. Hasta este momento, siempre que nos hemos referido al aspecto económico ha sido para presentarlo como la gran amenaza que puede ser, pero corrijamos ese desequilibrio. La sostenibilidad económica es también importante. Un proyecto turístico es un negocio, claro que un negocio muy complejo, pero un negocio en fin y como tal debe generar utilidades. Negocio que genere pérdidas no sobrevive un largo tiempo. La peculiaridad está dada por el hecho de que esa utilidad no debe producirse atropellando la cultura, la sociedad ni el medio ambiente. Reconocemos que ese es un reto bien difícil en una sociedad globalizada y neoliberal.
El turismo sostenible se fundamenta, como puede deducirse, en una concepción mucho más compleja que el concepto tradicional de turismo, el cual se orienta fundamentalmente hacia los componentes de hospedajes y restaurantes. Una peculiaridad es que trabaja hacia vectores de mercado específicos y no es masivo. Mientras sol y playa tiene un mercado abrumadoramente alto, el avistamiento de pájaros tiene uno muy específico y de volumen reducido, por ejemplo. Tampoco sería posible la observación de pájaros si el sitio en cuestión es invadido por una turba ruidosa como la que podemos encontrar en las playas de Cartagena, Varadero o Cancún. Una finca agroecológica, un sendero ecoturístico, o una madre vieja tienen una capacidad de carga limitada. Esto implica una concepción de la economía y del desarrollo diferente a las concepciones de economía y desarrollo generadas en la época del desarrollo industrial, bajo la cual los negocios son importantes a partir del manejo de grandes volumen, de la estandarización de los productos y procesos. En un contexto como el que rodea actualmente en que las grandes empresas se fusionan, se compran o hacen alianzas estratégicas, es válido preguntarse por qué pueden tener éxito propuestas de tan limitado alcance. La respuesta es paradójica: precisamente por ese contexto, porque en un mundo serializado, masificado y estandarizado, el ser humano que no tiene la impersonalidad de una máquina requiere de elementos particulares y requiere además de un tratamiento también particularizado. Es diferente la interrelación que se produce entre el turista y un empleado de un hotel por el que pasan 300 personas cada semana, a la interrelación que se produce entre el turista y el propietario de una finca que está atendiendo 15 personas.

11.08.2010

Ninguna crisis económica solo rumores para el adormecimiento

Terminando el año 2.008 se empezó a construir un ambiente de crisis económica Mundial y las predicciones encendían las alertas para que todo el mundo se preparara para enfrentar la peor crisis de todos lo tiempos, todo fue diseñado con mucha cautela para que fuese como se había planeado, a esta gran campaña se unieron los medios de comunicación para dar bombardeos de información que apuntaran hacia esa situación, lo que ha conllevado a que efectivamente haya surtido los efectos deseados, pues a la fecha escuchamos a la mayoría de las personas quejarse de esta “mala situación económica” y todo parece indicar que tal ha sido el impacto que ha causado en los pensamientos de la gente que aún ha sido imposible desarraigarlos de allí, quedándose tatuados hasta que por fin, “otros” decidan que ya todo ha pasado, los mismos, que alguna vez hicieron la catastrófica predicción.
En el primer trimestre del 2.009, El Departamento Nacional de Estadística (DANE), reportó una recesión económica en Colombia del 0.6%., este decrecimiento en la economía no era alentador para la salida de la crisis económica sin embargo la confianza en la estabilidad de ésta situación estaba aumentando, pero mientras el pueblo tenía sus esperanzas puestas en las estrategias y decisiones que tomaría el Gobierno para mejorar dicha situación, la ocupación de éste se dirigía a seguir en la lucha por la seguridad democrática, y con ella la creación de bases militares de Estados Unidos en nuestro País, lo que provocó serias reacciones en los países vecinos hasta el punto de un nuevo rompimiento de relaciones, afectando inevitablemente las exportaciones y por ende una vez más la caída de la economía del País, pero para el Presidente Álvaro Uribe la prioridad era combatir la guerra con guerra, es lo más importante para el pueblo, porque mientras el se preocupaba en cómo hacer para justificar la presencia de militares estadounidenses en Colombia, el pueblo seguía sufriendo las consecuencias de una crisis creada para convertir a los pobres en mas pobres y a los ricos más ricos.
Entonces mientras la gran mayoría de las personas no solo de Colombia sino de todo el Mundo, siguen apretando sus cinturones y lamentándose por esta “mala racha” los peces grandes aprovechan para alimentarse de ello y crecer aún más, porque para ellos si existirán beneficios que los ayuden a sobrellevar la situación con la creación de nuevos privilegios y beneficios tributarios, además de contar con los bajos intereses ofrecidos por los bancos para créditos, créditos que solo son asequibles para quienes ya poseen recursos pero que para las personas de pocos recursos son solo promesas imposibles de alcanzar, ya todo está fríamente calculado para que sean siempre los mismos privilegiados. Disminuye el poder adquisitivo de la gente del común, aumentan las tasas del desempleo, aumenta el empleo informal, disminuyen las exportaciones y divisas, aumenta la pobreza y la tasa de desnutrición, aumenta la delincuencia común, pero ¡¡Hay Seguridad Democrática!! y aunque mucha gente se pregunte ¿Con que se come eso?, es el principal objetivo que tiene el Gobierno.
Todo esto nos indica que no podemos morirnos en los laureles, y esperar a que sea el Gobierno quien tome la decisión de hasta cuando continuará la crisis económica o de que mucho menos tome medidas para superarla, tampoco podemos sembrar nuestras esperanzas en los nuevos políticos que en la actualidad hacen sus campañas políticas haciendo las misma promesas de siempre, para obtener los votos que los lleven a sentarse en el poder para después querer perpetuarse en el, definitivamente mientras sigamos con la creencia y el pensamiento impuesto y arraigado sobre “Crisis” siempre existirá, aunque las noticias digan lo contrario, todo depende de todos y cada uno de nosotros, tenemos que decidir entre sucumbir ante una crisis anunciada o aprovechar las oportunidades que ésta trae consigo.. Colombia es un País muy rico y sus habitantes nos hemos distinguido por ser personas muy recursivas, creativas y echadas para adelante, entonces no nos sentemos a esperar a que otros hagan, a que otros decidan por nosotros, podemos salir adelante, desterrando esos pensamientos que se han encargado de vendernos y crearnos los que tienen el poder, porque nosotros también podemos tener todo lo que queremos tener, solo hay que tomar la decisión, ¡Decídete, actúa y lo lograrás!

11.02.2010

Colombia requiere de una nueva ética política

La democracia representativa, expresada fundamentalmente en el voto para elegir unos representantes que deben "interpretar" la voluntad de un pueblo, es lo que se conoce como modelo clásico liberal. Es la manifestación más clara de la soberanía de los partidos políticos, los que en Colombia no han aprovechado el inmenso poder de este sistema de gobierno. Por el contrario, abusaron del sistema y se corrompieron hasta los niveles que hoy conocemos. La democracia participativa es otro modelo. Su pretensión, superar la simple representación directa de la soberanía partidista y construir un nuevo Estado, fundamentado en la Participación Ciudadana como fundamento de la democracia directa. Fue a través de la Constitución del 91 que se crearon algunos mecanismos para la participación. Se buscaba una democracia diferente, en la que ser ciudadano signifique, más que votar cada cuatro años, más que "estar enterado" de lo que pasa en el país, ser el protagonista directo en la construcción de la nueva sociedad que reclama la nación.
Esos fueron los presupuestos de los constituyentes y las razones para confeccionar la carta política de 1991.
El nuevo modelo pretendía mayor igualdad, mejor sentido de la solidaridad, ampliar el espacio democrático, más libertad, superar la marginalidad, la exclusión, la pobreza y la injusticia. Y para lograrlo se pactó un mayor compromiso moral de los colombianos a través de la participación democrática. El nuevo escenario de la democracia participativa le da un nuevo sentido ético a la política, a la aplicación de la justicia, al bienestar social y económico. Por eso, garantizar la paz a través de comprometer a cada uno de los ciudadanos con un destino público cobra un nuevo significado. De ahí que se proclama un nuevo Estado: el Estado Social de Derecho, cuya misión es dar plenas garantías jurídicas a todos los colombianos, ampliando el espacio público para el debate, el aprendizaje y la concertación en la solución de los grandes conflictos que afligen a la sociedad colombiana.
El gran propósito del Estado Social de Derecho es el garantizar los derechos económicos de los colombianos y sobre todo los derechos de los más pobres. Pero han transcurrido más de diez años de vigencia de la carta Constitucional y aún no se ven los frutos, porque el ajuste neoliberal y la inserción forzosa de nuestra economía a la globalización han obrado sólo como agentes perversos que han reducido sus posibilidades a simples espejismos de buenas intenciones jurídicas. Flagelos como los altos niveles de corrupción han aumentado considerablemente. El mundo nos tilda de ser una narcodemocracia. Ha crecido la desigualdad y la pobreza. El país está inmerso en su peor encrucijada. Y enfrentar los grandes males como la guerrilla, el paramilitarismo, la corrupción, la injusticia, la delincuencia común, el atraso tecnológico, la pobreza, el desempleo, los bajos niveles de la cobertura en la educación pública, la escasa producción agroindustrial, requiere de grandes compromisos políticos, económicos y morales. Lo que hace pensar en la necesidad de cambiar de rumbo en las políticas económicas, sociales y en las prácticas morales. El país debe asumir una actitud crítica frente a una globalización injusta y, sobre todo, un mayor compromiso con los sectores empobrecidos. Es urgente superar la guerra interna que desangra económicamente al país. Porque cada que muere un colombiano víctima de la violencia armada, muere un potencial trabajador. Cada que se secuestra un empresario, a manos de los alzados en armas, se afecta la economía. Pero también es cierto que cada que se despide a un trabajador por culpa de las políticas neoliberales, se contribuye a empobrecer al país. Colombia requiere de una nueva ética política, con carácter civilista, desde la acción dialógica, fundada en la razón, que logre los mínimos posibles en la ampliación de la participación democrática. Es preciso que la participación ciudadana deje de ser un simple enunciado jurídico y se convierta en una acción permanente, ligada a la formación del nuevo ciudadano constructor de un nuevo país, solidario con los más pobres, pluralista, que renuncie a toda pretensión unanimista y amiguismos, cuyo imperativo ético sea el esfuerzo, la solidaridad y la responsabilidad. una Colombia distinta en donde los valores éticos y morales, orienten el obrar del ciudadano hacia el logro de grandes propósitos, de prosperidad, productividad y la plena satisfacción de necesidades básicas. Son 44 millones de habitantes, quienes reclaman una sociedad más pluralista, más democrática y más progresista.