7.05.2011

La enfermedad de la mentira

Hay personas que se obstinan por ser el centro de atención, parecer más importantes que los demás o hacer creer que han vivido mil y una aventuras. Entre ellas debe haber algunas que son víctimas de la mitomanía, cuya característica es el crear un mundo de mentiras y contradicciones.
Para el siquiatra Sergio Arturo Escobedo Návar, este comportamiento es síntoma claro de alguien que vive bajo la amenaza de la mitomanía, una enfermedad sicológica que se presenta principalmente entre personas autodevaluadas, con muy bajo nivel de estima o muy pretenciosas.
En todo caso los pacientes tratan de ser atractivos a los demás y por ello tienen necesidad de desfigurar la realidad y la visión de sí mismas, dice.
Este especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social comenta que el mal puede ser la expresión de padecimientos vinculados con la alteración en la construcción de la personalidad, ya que con frecuencia ataca a gente con tendencia paranoide, con elevado grado de desconfianza y sospecha sobre los demás.
Tres claves de la mitomanía
1. El mitómano recurre a la mentira continuamente y sin valorar las consecuencias con tal de maquillar una realidad que considera inaceptable, urdiendo todo tipo de sistemas que, a veces, pueden parecer delirantes.
2. Es síntoma de padecimientos como el trastorno de personalidad limítrofe, que se caracteriza por inconsistencia en varias áreas de la vida, tanto en lo afectivo, social y laboral, por lo que la víctima no logra un grado de compromiso ni constancia.
3. Se asocia con el trastorno narcisista, que se distingue por la percepción de que todo lo bueno está adentro y lo malo está afuera: hay dificultad para vincularse con otros de una forma integral y madura; piensa que las personas están a su servicio. Este padecimiento, afirman los especialistas, puede ser parte de la esquizofrenia, aunque no es uno de sus principales síntomas. Hay otra patología que se llama trastorno ficticio y hace que las personas inventen enfermedades, que se podría considerar como una característica mitómana. El doctor Escobedo señala que comúnmente se detecta como un elemento accesorio, sobre todo si se considera que en la consulta de siquiatría o psicoterapéutica el paciente trata de expresar temas que le preocupan, pero se resiste a decir todo.
Para el siquiatra Sergio Arturo Escobedo Návar, este comportamiento es síntoma claro de alguien que vive bajo la amenaza de la mitomanía, una enfermedad sicológica que se presenta principalmente entre personas autodevaluadas, con muy bajo nivel de estima o muy pretenciosas. Así que probablemente no exista alguna persona en el mundo que no haya dicho mentiras alguna vez con el fin de ocultar una verdad que puede generar reacciones de enojo, críticas, regaños o castigos que por el miedo a ellas, fortalecen la inseguridad, la desmotivación y la baja autoestima, pero también mienten las personas que son muy "pretenciosas" y que piensan que con desacreditar a alguien con sus mentiras, van a lograr una mejor posición o reconocimiento ante los demás.
Y es que a veces mentir nos puede ayudar a salir de un apuro, también se miente como mecanismo de defensa o de ataque y es que a veces la reacción de muchas personas ante una determinada verdad, inconcientemente nos orilla a "disfrazarla", por lo general no con el fin de ocultar algo que puede ser molesto o doloroso para alguien. Por ejemplo: se habla de alguien como calificándola de "buena persona", para no tener que revelar en verdad lo que "esta persona es".
En la mentira común y corriente uno sabe que está mintiendo, incluso se prepara para decirla, pero cuando, la persona miente todos los días, por cualquier motivo y a cada momento, maquilla la realidad con sus fantasías creyéndose ella misma lo que está diciendo, es decir, no sabe que está mintiendo porque cree en sus propias mentiras y esto ya se vuelve una enfermedad psicológica, que se tiene que atender porque con ello está demostrando que se oculta algo en el fondo que impide a la personas tener el valor de decir y encarar las verdades.