2.29.2016

El trabajador próximo a pensionarse cuenta con estabilidad reforzada

Es importante recordar que el artículo 63 del CST, en su numeral 14, indica que es justa causa terminar un contrato individual de trabajo cuando se reconozca la pensión de jubilación. Ahora bien, cuando la norma habla de reconocer, significa que no sólo es necesario que el trabajador cumpla los requisitos, sino que el fondo de pensiones haya emitido una resolución en la cual se le reconozca el pago de la prestación.
Ahora bien, cuando se trata de la terminación del contrato individual de trabajo a término fijo por vencimiento de términos de un trabajador quien está adelantando los trámites administrativos para la pensión; es decir, que ya cumple los requisitos necesarios para obtener la prestación, y está a la espera de la resolución por la cual se le reconoce, el empleador no puede finalizar el vínculo laboral aludiendo haber llegado la fecha de terminación del contrato.
Sobre lo anterior, la Corte Constitucional se pronunció en los siguientes términos en Sentencia C-016 de 1998:
“El sólo vencimiento del plazo inicialmente pactado producto del acuerdo de voluntades, no basta para legitimar la decisión del patrono de no renovar el contrato”.
Lo anterior significa que aunque todo contrato a término fijo termine por la expiración del plazo y la falta de interés de renovación notificada oportunamente, el empleador que tenga a su cargo a un trabajador con el lleno de los requisitos para pensionarse y que se encuentre adelantando los trámites para el reconocimiento, no puede finalizar el vínculo laboral. Más aun cuando se trata de un trabajador que ha cumplido a cabalidad sus funciones y ha demostrado un correcto rendimiento, no dando lugar a considerar un posible despido por una causa distinta a la del vencimiento de términos. Así mismo, si el cargo que dicho trabajador desempeña es un puesto necesario y el cual seguirá existiendo y necesitará de una nueva persona que entre a reemplazarlo; es decir, que existe la posibilidad de renovar o prorrogar el vínculo laboral, toda vez que no existe justificación alguna para desvincular al trabajador.
Al respecto, la Corte Constitucional, en Sentencia T-693 del 2015, luego de analizar la no prórroga y por tanto el despido de un trabajador con cargo de conductor, el cual se encontraba adelantando trámites administrativos para lograr el reconocimiento de la pensión por parte del fondo de pensiones, concluyó: “En los contratos a término fijo, el vencimiento del plazo inicialmente pactado no basta para legitimar la decisión del empleador de no renovar el contrato, cuando: (I) el objeto del mismo persiste; (II) el trabajador ha cumplido satisfactoriamente sus obligaciones y funciones; (III) reúne los requisitos legales para acceder a su pensión y; (IV) adelanta los trámites administrativos correspondientes para obtener el reconocimiento de su pensión ante la administradora de pensiones, sin que a la fecha del despido haya sido reconocida y por tal circunstancia no se le ha incluido en nómina de pensionados”.
En resumen:
En los contratos a término fijo la terminación del plazo pactado da lugar a que el vínculo laboral se extinga, siempre y cuando el empleador no tenga el interés de renovarlo y haya notificado esto a su trabajador oportunamente; ahora bien, lo anterior no aplica cuando se trata de un trabajador próximo a pensionarse, es decir; el que cumplió los requisitos para obtener la pensión y solo está a la espera del reconocimiento. Es decir, que el empleador debe prorrogar o renovar el contrato mientras el trabajador termina su trámite y pasa a ser pensionado, momento en el que en virtud del artículo 62 del CST numeral 14, puede dar por terminada unilateralmente la relación laboral sin que esto le acarree consecuencia alguna.
Dicha situación más que ser una prohibición para el empleador, es una protección para el trabajador, toda vez que de lo contrario durante el tiempo de espera para el reconocimiento podría verse afectado tanto su mínimo vital como el de su familia, además de afectarse su derecho a la seguridad social.

2.22.2016

Desnutrición, sed y olvido padecen comunidades naturales en Colombia

El periodista colombiano Gonzalo Guillén, reveló la tragedia que ocurre en el departamento de La Guajira, donde miles de niños han muerto por desnutrición. A la fecha esto sigue sucediendo y lo peor, comienza a expandirse.
La dramática situación de los niños que mueren por desnutrición en Colombia continúa y se extiende, amenazando con convertirse en un problema endémico.
Así lo alertó la Defensoría del Pueblo de ese país tras conocerse la muerte de un pequeño de un año en el departamento de Arauca (norte) donde seis niños más están en riesgo de correr con la misma suerte.

“Que la situación salga del departamento de La Guajira y se convierta en un problema endémico en otras regiones, nos preocupa altamente”, apuntó. 

Una enfermera hizo el recorrido con la Defensoría por el resguardo de San José de Lipa, de la comunidad indígena Hitnú de Arauca. Allí se dio cuenta de que hay seis niños más con patologías de desnutrición crónica, erupciones cutáneas, conjuntivitis, neumonía, gastroenteritis y bronquitis.
Unos 4 mil 770 indígenas del pueblo Wayú, habitantes de la Guajira colombiana, murieron de hambre en los últimos 8 años y más de 34 mil se encuentran en estado de desnutrición. 
No basta con la situación, sino que además les habían negado la atención médica por la falta de un documento de identidad, algo que a la luz de las normas es abiertamente ilegal.
Medios locales informaron que en menos de una semana dos menores Wayuu fallecieron por desnutrición en clínicas de Barranquilla.
Uno de ellos tenía tan sólo 11 meses y su peso era de una recién nacida (4.000 gramos). Duró 10 días en la Unidad de Cuidados Intensivos por presentar desnutrición severa, a pesar de los intentos de los especialistas, la pequeña no alcanzó a cumplir su primer año, murió el pasado sábado.
Tres días después se registró el otro caso, un niño de 10 años quien padecía una patología pulmonar, pero el alto grado de desnutrición y sus bajas defensas afectaron su situación.
Ambos pequeños procedían de distintos resguardos de la comunidad indígena Wayuu de La Guajira, donde lo esencial de la vida es escaso: agua y comida. Además no cuentan con centros de salud por lo que deben acudir a otras ciudades.
Esto simplemente es la triste historia de miles de niños que han muerto por esta causa en un país que presume de modernidad, donde la cifra de niños muertos en La Guajira no es muy lejana a la de Ruanda, en África.
Allí la tasa de mortalidad de menores de cinco años por cada mil nacimientos es de 55, según el Banco Mundial, mientras que en La Guajira es de 45.
“La experiencia de desnutrición en Colombia es igual que en Etiopía”, dice Alicia Genisca, médica pediatra estadounidense que ha trabajado en países de África y ahora atiende a los niños con desnutrición crónica en el corregimiento de Mayapo en La Guajira, reseña la revista Semana.
Colombia es un país que aspira ingresar al club de los países ricos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cuya misión es “promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo”.

2.15.2016

Violencia intrafamiliar vs consecuencias sociales

La fuerza como manera de resolver los conflictos en Colombia nos lleva a que tengamos un país inmerso en la guerra y tan bombardeado por ella que en la cotidianeidad se desconoce la gravedad de golpear o insultar a un niño, a una mujer o a un anciano.

El daño sicológico que provoca para cualquier persona, por ejemplo, una violación sexual es irreparable en el sentido de que el dolor permanecerá para siempre; los comportamientos violentos pueden cambiarse, porque no todos los niños maltratados son adultos violentos. Esto hace despertar la esperanza en el país, porque con educación es posible erradicar la venganza y el manejo del poder desde la dominación de otro.

Nos pasamos concentrados en la violencia del conflicto armado e ignoramos la violencia cotidiana que vive la gente en sus casas. Cómo es esa violencia? Este es un tema de salud pública, al hablar de violencia intrafamiliar estamos hablando de maltrato a los niños, a los ancianos y a las mujeres. El 80% es violencia conyugal y el 93% contra la mujer.
Existe relación entre la violencia intrafamiliar y el conflicto armado? Hay diferencia entre un acto de violencia y una relación maltratante como forma de enfrentar el mundo. Sin embargo, sí existe relación porque los estudios demuestran que todo adulto violento ha sido un maltratado. Además alguien que ha sido educado con la fuerza, considera que va a lograr con esa misma fuerza lo que quiere. 
Colombia tiene una cultura patriarcal del poder en la que los padres son los dueños de los hijos y los esposos de las mujeres. Esto ha conducido al maltrato y muchos niños para escapar del dolor huyen a la calle, a la guerrilla o a los paramilitares.
Una de las puertas por las cuales los actores armados, como la guerrilla, entran a la cotidianidad de la gente es para defender a la señora del maltrato de su marido. Cómo ve esta dinámica? Sí, esto ocurre en el país porque no ha existido desde el Estado una política que castigue estos comportamientos. Sin embargo, ahora las personas pueden dirigirse a las comisarías pero también a los jueces para denunciar el maltrato.
Por qué el Estado ha sido indiferente frente a esta problemática? Por qué decide cambiar ahora? Esta problemática tiene una nueva mirada en el mundo desde 1970. En Colombia, en 1980 comenzó a trabajarse el maltrato a la mujer y a los niños. Somos nuevos en estos cambios de comportamiento. Ahora, el Gobierno se ha dado cuenta que la violencia cotidiana desborda todos los cálculos, por eso decide trabajar conjuntamente con Procuraduría, Defensoría y Policía para atacar el problema de raíz.
Qué le ocurre a una persona cuando la maltratan? La persona pierde su autonomía. Se va degradando poco a poco. Por eso las mujeres cuando denuncian lo hacen después de cinco o diez años. Además sienten que merecen ser maltratadas. Hay muchas razones, entre otras la base cultural y los mitos que validan las respuestas violentas. La fuerza es la principal forma de poder en Colombia. Y en muchas ocasiones quien ha sido maltratado, maltrata. Sin embargo no es determinante que una mujer golpeada, les pegue a sus hijos.
Cuánto vale la violencia cotidiana? La violencia intrafamiliar es una barrera para el desarrollo económico y social del país, porque las personas son menos eficientes cuando son agredidas. En Europa existen estudios que lo confirman, en Colombia no hay estadísticas pero estamos seguros que sucede lo mismo. Cualquier ser humanos es menos eficiente cuando lo maltratan.

2.01.2016

Que 14 años no son nada?

El próximo 2 de febrero estamos de plácemes. El Periódico cumple 14 años de ser testigo fiel y equilibrado de los acontecimientos de una región a la que le debemos nuestra existencia y nuestra felicidad.
Han sido años difíciles, unos más que otros, pero en suma, de un grandísimo compromiso con toda la comunidad vallecaucana.
Nacimos en medio de las expectativas ciudadanas de que en Buga no “pegaba” ningún semanario local. La incertidumbre era grande, pero también la fe y la actitud empresarial por sacar adelante una idea que con los días fue recibiendo adhesiones, apoyos, contribuciones. 
Teníamos más amigos de los que en un principio nos imaginábamos y la avidez por encontrar a primera hora del sábado El Periódico en las calles de Buga y de los municipios a los que empezamos a atender, fue creciendo de una manera contundente.
Eso nos hizo soñar con más alegría y con menos incertidumbre hacia el futuro.
Nuestros acompañantes de esos primeros años fueron espectaculares;  no claudicaron, fueron bondadosos con sus aportes. Y fue creciendo una imagen y una forma especial de dar la noticia tanto de Buga, como de Tuluá, y de todos los municipios donde circulamos.
La estructura de El Periódico ha venido evolucionando con los años para complacer las demandas no sólo de noticias de la comunidad lectora, sino de otras secciones de entretenimiento, de notas de interés sociales, políticas, económicas, deportivas, de farándula, el chisme al piso, las páginas de temporadas especiales, la novena de aguinaldo, las campañas promocionales, el editorial, los columnistas invitados; en fin, buscando siempre estar conectados al interés de quienes nos leen. También interesados en mejorar la calidad de impresión, mejorar la fotografía y mejorar su diseño. 
Han pasado dejando huella muchos profesionales, empleados y voceadores,  queridos todos, a quienes nunca olvidaremos y hoy como cada año hacemos reconocimiento de sus aportes. 
Lo mismo a todos nuestros clientes y anunciantes. Para todos, un Dios se los pague por confiar en nosotros. 
Invitamos a la academia, a los intelectuales, a los profesionales, al sector educativo, para que nos brinden sus aportes para el mejoramiento de los próximos años.
Nos esperan tiempos de cambio que queremos compartir con ustedes. Buscamos adecuarnos a las exigencias tecnológicas y demandas de quienes nos leen; por lo tanto vienen una serie de transformaciones que harán de El Periódico, un semanario adaptado a las realidades  departamentales y al interés específico de sus lectores. Los mantendremos informados de dichos cambios y ajustes. Pero eso sí, seguiremos siendo más vallecaucanos que nunca.
Este periódico es de ustedes. Es El Periódico de Nuestra Región.