8.06.2012

Las regalías deben tener un verdadero impacto positivo en las comunidades.


El sector privado y varias entidades de cooperación internacional unen esfuerzos para lograr que la inversión que hacen los municipios y departamentos con los recursos provenientes de las regalías, tengan un verdadero impacto en las comunidades. 
Así quedó demostrado en el Foro Internacional sobre buenas prácticas en los procesos de fortalecimiento institucional de las entidades receptoras de regalías, organizado por la Fundación Cerrejón para el Fortalecimiento Institucional y la Fundación Ford. 
Entre las entidades internacionales participantes estuvieron la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial; el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); el Programa de Administración de Regalías de USAID; y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).  Se concluyó que la clave es el fortalecimiento institucional de las autoridades locales para que éstas hagan una inversión eficiente y transparente de las regalías que las empresas mineras aportan al país.  Para que este apoyo internacional funcione, se requiere primero que todo contar con la voluntad de las autoridades locales, la conexión entre los planes de desarrollo territorial, los planes  y los procesos de contratación y el control social de las comunidades involucradas.  Esta es la receta para ayudar a las instituciones territoriales (departamentos y municipios) a invertir con impacto social estos recursos que aportan las empresas por regalías y que en 2011 alcanzaron los $ 9,7 billones de pesos.  Duval Zambrano, Oficial de Operaciones de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, detectó inseguridad institucional, problemas de orden público, ineficiencia, corrupción, planes de desarrollo sin metas específicas, procesos de contratación ineficientes y poco transparentes, falta de presencia de la sociedad civil y de control social.  Dicha entidad inició con Ecopetrol y Planeación Nacional un programa piloto en 5 municipios: Acacias, Aipe, Purificación, Maní y Yopal y luego lo amplió a otros 10 municipios. 
Hoy se trabaja en 19 municipios en las tres fases del proyecto, se asesoran inversiones por $ 100 mil millones de pesos que benefician a más de 1 millón de personas en los 19 municipios.
Lo bueno de este proceso de regalías, no está solamente en depositar las fuertes sumas de dineros producto de las regalías a las arcas de los municipios favorecidos, el tema está en el seguimiento que el Estado como tal, con todos sus entes de control realicen en cada uno de los pesos que se utilicen en las obras sociales y de desarrollo como lo contempla el tema de las regalías, porque si bien es cierto, existen municipios en Colombia donde llegan altas sumas de dinero por este concepto, y sus habitantes se encuentran en la total miseria, la salud es ajena para ellos, al igual que la educación, en palabras reales, no han saboreado el desarrollo por más que se les entregan los recursos necesarios a los gobernantes de turno y todo por la famosa “Corrupción administrativa” que tiene a Colombia en la completa sombra de la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades.
Es la hora que desde el Alto Gobierno se imprente una responsabilidad legal en cada una de las dependencias de investigación del Estado y se erradique de una vez por todas este negativo flagelo de la corrupción que deja huellas imborrables en cada familia colombiana, conminándolos a buscar el sustento para sus familias bajo la oscuridad de lo ilícito y después es el mismo gobierno quien les pone en tela de juicio, acusándoles de lo que se pudo evitar a tiempo, pero por la falta de identidad en los gobernantes, no se permite que la población vulnerada en Colombia cuente con mejor calidad de vida como se evidencia en El Chocó, Buenaventura, la Costa Caribe, Pacífica, los Llanos Orientales y en muchos municipios de este hermoso paisaje natural y de muchas riquezas.
Señores Congresistas, ustedes que Legislan tomen atenta nota en depurar el Congreso porque desde allí nace la corrupción que hoy tiene a Colombia a puertas del debilitamiento social y apura el paso al caos económico que ya se pone de manifiesto.