4.19.2010

Meta Mundial para la sostenibilidad del Medio Ambiente

Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales, y propender por la reducción del agotamiento de los recursos naturales y de la degradación de la calidad del medio ambiente. En particular, en la proporción del país cubierta por bosques naturales, la proporción y el estado de las áreas del país destinada a la conservación de ecosistemas a través de un sistema de parques nacionales naturales y la eliminación del consumo de Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO).
Se requiere del compromiso de los gobiernos de los países desarrollados y los que se encuentran en este tema, para que empoderen a los países del tercer mundo de las herramientas y mecanismos necesarios para evitar el colapso, como por ejemplo, reducir a la mitad el porcentaje de personas que carecen de acceso al agua potable y saneamiento básico, meta mundial para el mejoramiento de la vivienda en asentamientos humanos precarios y en riesgo, mejorar considerablemente la calidad de vida de los habitantes de asentamientos humanos precarios y en riesgo. No podemos tener economías sólidas, sociedades sostenibles y habitantes sanos sin un planeta sano. El uso desenfrenado y sin control de los recursos naturales, generalmente por parte de la mayoría más poderosa como los bosques, el suelo, el agua y los peces provocó cambios alarmantes en nuestro ambiente en las últimas décadas. Por ejemplo, las actividades humanas provocan pérdidas en la biodiversidad a un ritmo 50 a 100 veces más rápido de lo que se esperaría.
Hoy en nuestro mundo los bosques están desapareciendo a un ritmo sin precedentes en todo el mundo, desplazando a los pueblos indígenas de sus hogares nativos y desarraigándolos de sus formas de vida, el colapso de las zonas de pesca en todo el mundo amenaza con exacerbar el hambre y la pobreza entre las comunidades costeras pobres del mundo en desarrollo, más de 2.400 millones de personas no tienen acceso a saneamiento adecuado y mil millones no tienen acceso al agua potable.
Aproximadamente dos millones de niños y niñas mueren por año (6.000 al día) por infecciones prevenibles y propagadas por agua sucia o instalaciones sanitarias inadecuadas. La energía es una de las áreas que muestra más claramente la brecha entre los ricos y los pobres del mundo, y las desigualdades sociales y económicas resultantes. Mil millones de los habitantes más pobres del mundo no tienen acceso a suministros habituales de energía, obligándolos a talar árboles para obtener leña o a quemar combustibles sumamente contaminantes, como el queroseno, que perjudican la salud humana. Mientras tanto, el consumo elevado y con frecuencia excesivo de los países ricos incrementó las emisiones de los gases de efecto invernadero. Los expertos señalan que estos gases generan a una escala sin precedentes el cambio climático inducido por los humanos. El cambio climático está provocando el aumento del nivel de los mares que amenaza a las zonas costeras e incluso a países enteros, como las naciones insulares del océano pacífico. Los habitantes más pobres del mundo son los más vulnerables y a menudo los más expuestos a la inestabilidad climática y las tormentas violentas que probablemente sean más frecuentes si continúa la alteración del clima planetario.