1.14.2013

Libertad versus opresión


Mejor que catalogar a los políticos como de izquierda o de derecha, es hacerlo de acuerdo a si sus postulados y propuestas amplían las libertades de los ciudadanos o las reducen. Antes que nada, es importante resaltar que los tipos de libertades que podamos definir están íntimamente ligadas unas a otras y que no se puede afectar a una sin afectar a otras. Hecha esta aclaración, podemos catalogar las libertades en políticas y civiles, por un lado, y en económicas, por otro.
Las libertades civiles y políticas tienen que ver con la capacidad de los individuos de participar en el proceso político de elegir a sus gobernantes, de expresarse libremente y sin miedo a represalias, de practicar la religión de su gusto, de hacer prensa independiente, de no ser encarcelado sin justa razón, de tener derecho al debido proceso.
Las libertades económicas tienen que ver con la existencia de la propiedad privada, su uso y usufructo. El derecho a poseer y disponer libremente de bienes y servicios, a exportar e importar sin trabas del Estado, a no ser apabullado por impuestos y cargas fiscales, a invertir y desinvertir de acuerdo a la conveniencia de cada uno, son parte de las libertades económicas. Por ejemplo, cuando el Estado ordena a qué precio se puede vender un producto, sea un pedazo de tierra o la carne de pollo, está reduciendo la libertad de los legítimos dueños tanto de la tierra como del pollo. Lo mismo sucede cuando prohíbe la exportación de productos o impone restricciones a los medios de comunicación.
A su vez, si el Estado le impone al ciudadano un impuesto de, digamos, un 50% de su producción, podemos decir que la propiedad privada es una farsa, ya que el Estado es dueño de la mayoría de su ganancia, sin tener que trabajar ni correr riesgos para adquirir dicha ganancia; el riesgo y el trabajo lo pone el ciudadano y la ganancia la recibe el Estado.
Como dije antes, las libertades están íntimamente relacionadas porque, por ejemplo: un país donde el Estado es dueño de toda la propiedad, no puede tener prensa libre, ni sindicatos libres, y como todos dependen del Estado, nadie puede criticarlo sin correr el riesgo de perder su trabajo y sus beneficios. Es por eso que la institución de la propiedad privada es fundamental e imprescindible para preservar las libertades políticas y civiles. La disyuntiva libertad versus opresión, es un mejor parámetro para definir a los políticos. En vez de preguntarnos si tal o cual es de izquierda o de derecha, es mejor preguntarnos quiénes proponen ampliar las libertades civiles políticas y económicas de la población versus quiénes proponen ampliar el poder del Estado a costa de reducir las libertades citadas y desproteger a los ciudadanos. Con este parámetro, podemos darnos cuenta de que muchos políticos que son encasillados en espectros opuestos de la izquierda y la derecha, son a menudo la misma cosa.