11.16.2010

El turismo sostenible debe incluir otros aspectos de la economía y la sociedad

En el turismo, tema que hoy nos ocupa, la priorización del aspecto económico puede generar graves afectaciones ambientales, culturales o sociales. Recordemos que en la actualidad no vivimos una economía orientada al producto, sino una economía orientada al cliente. Ya no se trata de hacer el mejor producto, sino aquel que el cliente quiere y puede comprar. Eso es muy racional desde el punto de vista del mercado, pero puede no ser pertinente desde el punto de vista social, cultural o ambiental. Veamos por ejemplo el caso del turismo masivo, que es un negocio muy evidente, tiene una franja de mercado más amplia y permite procesos de estandarización y manejo de suministros por volúmenes, pero es el más depredador ambientalmente. No solo la violencia genera desplazamientos, las oportunidades de negocios en torno al turismo también desplaza población, el turismo trae nuevas distribuciones de la tierra, esos son componentes que implican efectos sociales perversos.
En la actualidad estamos enfrascados en un proceso de impulso al desarrollo turístico del Valle del Cauca, y estamos convencidos de que este puede producir efectos benéficos, pero también sabemos que es un proceso lleno de riesgos. El Valle tiene una gran riqueza cultural, llena de diversidad; pero esa diversidad que es su gran fortaleza es, al mismo tiempo su gran problema, porque no posibilita un esquema fácil para apropiarla, representarla y difundirla. No facilita un esquema cómodo para reconocerla. La cultura vallecaucana está constituida por la coexistencia de afrocolombianos, indígenas, montañeros, vallunos y un profundo mestizaje entre todos ellos (más algunos venidos del extranjero). Generar identidad en semejante contexto no es posible: se hace necesario generar identidades (varias, múltiples), promiscuas entre sí, respetuosas del otro (ese otro que también es un poco yo) y de lo diferente (respetar la diferencia es otra frase políticamente correcta que se des-semantiza a velocidades aceleradas). Sin ese complejo proceso de afianzamiento de la identidad cultural, el turismo se constituye en un gran riesgo.
Resumiendo entonces este recorrido por los componentes de la sostenibilidad, podemos decir que una práctica turística es sostenible cuando logra un complejo equilibrio entre lo social, lo cultura, lo ambiental y lo económico. Hasta este momento, siempre que nos hemos referido al aspecto económico ha sido para presentarlo como la gran amenaza que puede ser, pero corrijamos ese desequilibrio. La sostenibilidad económica es también importante. Un proyecto turístico es un negocio, claro que un negocio muy complejo, pero un negocio en fin y como tal debe generar utilidades. Negocio que genere pérdidas no sobrevive un largo tiempo. La peculiaridad está dada por el hecho de que esa utilidad no debe producirse atropellando la cultura, la sociedad ni el medio ambiente. Reconocemos que ese es un reto bien difícil en una sociedad globalizada y neoliberal.
El turismo sostenible se fundamenta, como puede deducirse, en una concepción mucho más compleja que el concepto tradicional de turismo, el cual se orienta fundamentalmente hacia los componentes de hospedajes y restaurantes. Una peculiaridad es que trabaja hacia vectores de mercado específicos y no es masivo. Mientras sol y playa tiene un mercado abrumadoramente alto, el avistamiento de pájaros tiene uno muy específico y de volumen reducido, por ejemplo. Tampoco sería posible la observación de pájaros si el sitio en cuestión es invadido por una turba ruidosa como la que podemos encontrar en las playas de Cartagena, Varadero o Cancún. Una finca agroecológica, un sendero ecoturístico, o una madre vieja tienen una capacidad de carga limitada. Esto implica una concepción de la economía y del desarrollo diferente a las concepciones de economía y desarrollo generadas en la época del desarrollo industrial, bajo la cual los negocios son importantes a partir del manejo de grandes volumen, de la estandarización de los productos y procesos. En un contexto como el que rodea actualmente en que las grandes empresas se fusionan, se compran o hacen alianzas estratégicas, es válido preguntarse por qué pueden tener éxito propuestas de tan limitado alcance. La respuesta es paradójica: precisamente por ese contexto, porque en un mundo serializado, masificado y estandarizado, el ser humano que no tiene la impersonalidad de una máquina requiere de elementos particulares y requiere además de un tratamiento también particularizado. Es diferente la interrelación que se produce entre el turista y un empleado de un hotel por el que pasan 300 personas cada semana, a la interrelación que se produce entre el turista y el propietario de una finca que está atendiendo 15 personas.