6.20.2011

Prevengamos los accidentes de tránsito

¿Cuántos conductores frustrados de Fórmula 1 habrá entre las calles y rutas del país? A juzgar por los comportamientos, muchos. Pero no se trata de grandes motores preparados para tal ocasión, sino de autos, camiones, colectivos y camionetas que circulan junto a iguales, por calles y rutas, con y sin baches, y no por pistas profesionales.
En efecto, la velocidad es una de las causas principales de muerte por accidentes de tránsito. Muchos consideran que mientras mas veloz su automóvil es mejor, cuando desconocen que un vehiculo a más de 90 Km/h es cada vez menos gobernable, aumentando así el peligro de muerte de sus ocupantes. Tal vez, muchos estarían vivos de haberse percatado antes de este detalle. A mayor velocidad, mayor es la distancia que se necesita para detener el vehículo más graves serán las consecuencias ante cualquier falla mecánica, la pinchada de un neumático, una mala maniobra del conductor o cualquier imprevisto que se presente en el camino. La noche, la lluvia y la niebla son causas fundamentales para que deba disminuirse, aún más, la velocidad. Muchos apurados, nunca llegaron a destino.
Otra causa fundamental de mortalidad en accidentes de tránsito es atribuible a las bebidas alcohólicas. Los impedidos para manejar no sólo son los borrachos: un sólo vaso de vino, cerveza o whisky, limita la capacidad de conducción, ya que produce una alteración de los reflejos para conducir. Las bebidas alcohólicas hacen que las respuestas y las maniobras, ante cualquier eventualidad de la ruta, o la calle, sean torpes y lentas. Embota los sentidos disminuyendo la capacidad de atención normal genera una falsa sensación de seguridad que predispone a excesos de velocidad y a todo tipo de violaciones a las normas de seguridad en el tránsito. Y es falso suponer que el café o cualquier otro estimulante, anulan sus efectos nocivos. Por lo menos uno de cada dos muertos en accidentes de tránsito en el mundo, está presente el alcohol.
Es ya un clásico sobre todo en tiempo de vacaciones conducir de noche. Las causas invocadas son múltiples: Para llegar de día y aprovecharlo, porque de noche hay menos tránsito, porque no hace tanto calor. Cuando en realidad, al viajar de noche, se triplica el riesgo de muerte.
El sueño es inevitable y en el mejor de los casos, disminuye grandemente los reflejos y la capacidad de reacción. El ritmo biológico normal de cada persona, hace que ésta esté acostumbrada a dormir de noche. El conductor ideal, capacitado para conducir de noche con menos riesgo de quedarse dormido o dormitar, sería aquél que normalmente durmiera de día y condujera de noche. Se agrava mucho más si no hubo descanso, o si se trabajó durante todo el día. Pero peor aún si la persona cenó abundantemente y bebió alcohol. La monotonía del paisaje, la menor visibilidad, sólo en blanco y negro la posibilidad de encontrar en la ruta un animal que se cruza, autos sin luces reglamentarias y los encandilamientos.
La seguridad pasiva es tan importante como el respeto a las normas de tránsito. Y el mejor seguro de vida dentro del vehículo es el Cinturón de Seguridad, que impide ser lanzados contra el parabrisas, o fuera del vehículo hacia una muerte segura, en caso de accidente. Con lo que su uso generalizado, disminuiría en un 60 por ciento aproximadamente la muerte de los ocupantes de los vehículos accidentados. Inclusive en la ciudad, a poca velocidad, evita la muerte o lesiones graves. Además del impacto económico que tienen como consecuencia los accidentes del tránsito, entre los que hay que destacar los daños en atención médica, los daños materiales, el pago de seguros, funerales de las víctimas, etc., está el impacto social, familiar, psicológico y cultural que provocan. La muerte, los daños físicos y psicológicos a menudo irrecuperables de uno o más integrantes de una familia que han sido víctimas de accidentes del tránsito, crea situaciones de desajuste emocional, depresión o frustración de expectativas en los individuos que componen el núcleo familiar. Existen varios factores que inciden en la generación de un accidente de transito. Podemos destacar en este grupo tres factores que deben considerarse cuidadosamente ya que son necesarios al momento de presentarse un accidente: agente, huésped y medio ambiente. El agente es el vehículo, el huésped es el usuario de las vías conductor, peatón, pasajero y el medio ambiente el entorno y las vías. En el momento en que se rompe el sistema, se produce el accidente. La falla en el equilibrio del sistema puede provenir de cualquiera de los tres agentes, por lo que las medidas que se tomen para evitar accidentes, deben conducir a mejorar todos y cada uno de ellos según el grado de sus fallas.