7.05.2010

El Mundial de fútbol y el negativo impacto ambiental

Fútbol, fútbol y fútbol es lo que más se ve y escucha en el último tiempo, y claro, esto no nos sorprende para nada ya que estamos siendo testigos de un gran acontecimiento mundial que es una hermosa fiesta para muchos, nos referimos al Mundial de fútbol de Sudáfrica.
Pero lamentablemente, no solo hay alegría alrededor de este evento futbolístico, al ser una gran concentración que encierra un espectacular despliegue, la contaminación no está ausente, nos referiremos a un informe que muestra el impacto ambiental del presente Mundial de Fútbol. Este informe de impacto ambiental no es nuevo. Ya desde febrero del 2.008 se conocía, de un modo estimativo, cuánto iban a ser las emisiones de dióxido de carbono que iba a generar el Mundial de Sudáfrica. Y, de esta forma, pretendían que se tomarán las medidas necesarias para reducirlas o contrarrestarlas, ya que el principal perjudicado es el medio ambiente, en consecuencia, todos los seres.
Según el informe, realizado por la consultora internacional Pöyri y Randall Spalding-Fecher ha pedido de los gobiernos de Nigeria y Sudáfrica, 2.700.000 toneladas de dióxido de carbono es lo que este Mundial va a generar. De más no está recordar que el CO2 es el gas con efecto invernadero que más coopera con el malicioso calentamiento global, esta cantidad estimada en el informe, supera ocho veces a la cantidad de CO2 que se generó en el Mundial de Alemania 2.006.
Así mismo, los realizadores del estudio de impacto ambiental, luego del inicio del evento, han manifestado que la mayoría de sus recomendaciones no fueron tenidas en cuenta. En relación a los hechos conexos al Mundial que contaminan, debemos mencionar a los vuelos de avión, y esto es inevitable, muchas personas deben coger un vuelo internacional para llegar al lugar que alberga al Mundial de fútbol 2.010 e incluso las propias selecciones de fútbol. Este transporte internacional representa el 70% de las emisiones, siendo el 18% de éstas atribuidas al traslado en sí de un lugar a otro y el porcentaje restante a la energía consumida en los lugares donde las personas se albergan (hoteles, casas, etc.).
En este sentido, Randall Spalding-Fecher, coautor del informe, ha dicho que “La gran diferencia con Alemania es que Sudáfrica es un país mucho más grande y no tiene servicios de trenes rápidos para moverse entre las sedes”.
Cambiando el enfoque, en algunos lugares se realizaron diversos proyectos para reducir el impacto del daño ambiental (que si bien solo nombramos a las emisiones de CO2, hay varios hechos más), no obstante, según los realizadores del estudio, no fueron muchos ni tampoco existió una capacidad de implementar las recomendaciones que se dijeron en el informe.
Retomando los proyectos para reducir el impacto ambiental, hubo zonas reforestadas, instalación de paneles solares e incorporación de mecanismos para ahorrar energía, entre otros más. Para concluir, les dejo algunas declaraciones de los realizadores del informe: “La inversión en proyectos para mitigar el impacto es mínima, en comparación con todo el dinero que se ha invertido”
“La solución ideal para un evento internacional como éste es recaudar fondos de muchas maneras, ya sea añadiendo un impuesto a los pasajes de avión, de tren o recurriendo a los donantes para financiar proyectos de compensación”.