12.09.2013

La clase trabajadora en Colombia, en un trance por el salario mínimo

Recientemente el vicepresidente de la República, Angelino Garzón, instó a los negociadores para que estudien un incremento generoso del salario mínimo para el 2014, pero no dijo de cuánto.
Lo anterior, según anotó, se basa en que el empresariado se benefició este año del desmonte de los parafiscales y el alivio en algunas cargas laborales.
Al respecto, el representante Ángel Custodio Cabrera recordó hace poco que el aumento del mínimo debe ir en la misma dirección del crecimiento y el buen momento que atraviesa la economía del país, por lo que le apostó a un incremento del 5% para el 2014. El presidente de la CUT, Luis Alejandro Pedraza, también es partidario de que con base en el alivio en los parafiscales y el mejor desempeño económico, el incremento salarial debe ser más generoso para el 2014. Lo cierto es que el PIB podría aumentar entre 4 % y 4,5 %, mejor a lo esperado.
Aunque no hay apuestas coincidentes entre los analistas más consultados, ninguna se ajusta a lo anhelado por los trabajadores, pues el presidente de la CUT aseveró que el aumento debería ser del 11 por ciento, ya que esa cifra permitiría recuperar el poder adquisitivo que ha perdido el salario mínimo en la última década.
El Gobierno no se ha pronunciado sobre cuánto estaría dispuesto a incrementar el salario mínimo, el cual devengan alrededor de cuatro millones de trabajadores en Colombia. Sin embargo, en una charla reciente el ministro del Trabajo, Rafael Pardo, recalcó que “una remuneración muy alta provoca que haya más trabajo informal”. Recordó que la inflación más la productividad, son claves. “No puede haber un salario mínimo que sea inferior al costo de vida”, subrayó.
El salario mínimo en el país es definido con base en el índice de Precios al Consumidor (IPC), la meta de inflación para el siguiente año, el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) y la productividad.
Las propuestas oscilan entre un incremento de 3 %, 3,9 % y hasta el 11 %, con el que sueñan las centrales obreras. Estos porcentajes equivalen a alzas entre $17.685 y $64.845. Por ejemplo, el centro de investigación económico y social Fedesarrollo ha manifestado que es tiempo de que Colombia evalúe la posibilidad de establecer un salario mínimo regional, pues “elevaría las posibilidades de empleo formal a los trabajadores de las regiones con menor productividad”. Fedesarrollo propone un aumento del 3% ($17.685), al considerar que este es el incremento que más se ajusta con los objetivos de empleo, crecimiento económico y reducción de la pobreza.
Otro de los factores que no le cuadran al presidente de la CUT es la facultad que tiene el Ejecutivo para fijar el salario mínimo por medio de decreto, lo que sucede con mayor frecuencia, pues de las últimas catorce negociaciones, en diez el Gobierno ha utilizado dicho mecanismo, luego de no lograrse una concertación entre las partes.